El encontronazo entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio en la sesión de control de la Asamblea de Madrid empieza a ser ya habitual. Lejos quedaron las intervenciones en el que ambas dirigentes criticaban juntas a Pedro Sánchez pero mantenían abierto el canal entre ambos partidos. Una y otra se lanzan ya a por la otra sin complejos y hoy la presidenta de la Comunidad de Madrid ha aprovechado el supuesto voto fraudulento de Monasterio en el pleno de la semana pasada para sugerir que ese gesto será sancionado.
La decisión no depende orgánicamente del Gobierno regional sino de la Presidencia y Mesa de la Asamblea, pero Ayuso ha utilizado un símil en la cámara que no deja lugar a dudas sobre lo que cree que debe ocurrir: «Si va por una carretera en la que hay que circular a 80 y la pillan a 140, aunque sea usted Rocío Monasterio o sea de Vox, tendrá que ser multada«.
La Asamblea informó este lunes mediante un comunicado que investiga un supuesto «voto irregular» de la portavoz de Vox porque su partido emitió durante la votación de una iniciativa más votos que diputados presentes y en las imágenes se ve cómo es la propia Monasterio la que toca los botones de la pantalla en el escaño que dejó vacío José Luis Ruiz Bartolomé al abandonar la política hace dos semanas. A este comunicado de la cámara le siguieron duras críticas del presidente de la cámara, Enrique Ossorio, y del portavoz del grupo popular, Carlos Díaz Pache, a la líder regional de Vox en declaraciones y a través de las redes sociales, poniendo de manifiesto que el PP aprovechará este gesto de Vox para atacar al partido. Monasterio se defendió reconociendo que presionó los botones del escaño para intentar «apagarlo» porque minutos antes había estado sentado en él el diputado Iñigo Henríquez de Luna y aseguró que se trataba de «cosas de la tecnología».
Aunque la asamblea autonómica sigue investigando lo que ocurrió y no ha decidido aún qué hacer, la sugerencia de la presidenta del ejecutivo a la cámara legislativa es clara. Ayuso, que ha recordado Monasterio la «semana aciaga» que lleva, ha arremetido contra ella imitando con gestos y el tono de voz las palabras de Monasterio en su defensa: «No seré yo quien vote por un diputado que se ausente», algo que «no se ha visto en la vida» en la Cámara. Pero la presidenta ha centrado su crítica en desmontar la labor de oposición de Vox por su «victimismo», por decir que «siempre se trata de un error técnico», como cuando llegaron tarde a la presentación de enmiendas a los presupuestos de 2023 y, sobre todo, porque considera que su única estrategia consiste en «criticar al PP pase lo que pase».
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