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«Buenos días, cariño, que diría Koldo a Armengol». Las primeras palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid en la sesión de control de este jueves en la Asamblea regional, en respuesta al portavoz socialista Juan Lobato, ya apuntan que en la jornada de hoy los casos que rondan al presidente del Gobierno van a ser protagonistas. Sobrevuela la imputación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, cuya dimisión ya pidió el portavoz del Gobierno de109147512 este miércoles. Pero hoy la cuestión era cómo iba a verbalizar la presidenta su valoración sobre la nueva situación procesal de García Ortiz, que ha llegado hasta el Tribunal Supremo por la supuesta revelación de secretos del caso de supuesto delito fiscal de la pareja de Ayuso.
«El señor 1 de todas las tramas de corrupción que están asolando a España se atrevió ayer a difamarme» en el Congreso de los diputados, apunta Ayuso para justificar lo que viene después. Lo dice porque el presidente del Gobierno comenzó el juego de letras en el que llevan inmersos los políticos las últimas 24 horas, apuntando que de la «A de Ayuso a la Z de Zaplana» los populares tienen casos de corrupción en cada letra del abecedario. La presidenta encuentra otras palabras para ese abecedario: «No vamos a empezar por la A de Ábalos y acabar con la Z de Zapatero, vamos a empezar con la B». A aquí nombra a Begoña Gómez, mujer del presidente, a quien describe como «imputada y en todas las salsas, otra que va pa’lante».
Tras la imputación de García Ortiz, ha vuelto a acusar al Gobierno de utilizar «todos los poderes del Estado» contra «un ciudadano particular» (en referencia a su pareja), de quien ha lamentado que está ya «condenado política y mediáticamente con un escarnio» desde hace un año. Del fiscal general del Estado, su opinión ha sido clara: «Es el primer imputado (de su cargo) por obedecer a las obsesiones del presidente conmigo«.
La imputación de García Ortiz ha caído casi como un regalo para el cumpleaños de Ayuso, que es hoy. Tras recordar que esta imputación llega por algo que le concierne a ella personalmente, la presidenta ha elevado el tono contra el Gobierno de Pedro Sánchez, apuntado que está dirigido «por tiranos y caraduras», extendiendo estos calificativos a todo el Ejecutivo, y criticando que el fiscal general acudiera anoche a la televisión pública «para seguir difamando». Ha rematado sentenciando un nuevo peligro: «El ciudadano español está indefenso ante este Gobierno que utiliza prácticas mafiosas».
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