La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha pedido la dimisión de Pedro Sánchez en varias ocasiones. La última vez fue el pasado viernes, horas después de que empezaran a circular detalles del informe de la UCO sobre el caso Koldo que estrechan el cerco sobre el exministro y ex número tres del PSOE, José Luis Ábalos. Pero exigir su dimisión y que se someta a los tribunales para saber si conocía las acciones de su subordinado es una cosa y otra distinta que se descabalgue a Sánchez de Moncloa mediante una moción de censura con los independentistas catalanes como socios.
Este martes por la mañana la presidenta de Junts, Laura Borrás, ha insinuado que su partido deja la puerta abierta a un posible acuerdo con los conservadores en el Congreso si se presentara una moción de censura contra el presidente del Gobierno. «No descartamos absolutamente nada. Nuestros votos no pueden ser dados por hechos en ningún caso y creo que esto ahora ya está el Gobierno empezando a comprenderlo», ha asegurado la dirigente de la formación de Carles Puigdemont en una entrevista en Telecinco.
Esta eventual vinculación del PP con los independentistas queda muy lejos de lo que Ayuso considera que se debe hacer en el Congreso para destronar a Sánchez de Moncloa, aunque este sea el fin que persiguen tanto ella como su partido. «Desde luego, con aquellos que desprecian a España no iría a ningún lado porque no son de fiar«, ha apuntado la presidenta madrileña tras visitar la inauguración de una exposición en homenaje al modisto Lorenzo Caprile en el Canal de Isabel II en Madrid.
La dirigente madrileña evita en sus intervenciones que sus palabras parezcan una advertencia o una forma de marcar el paso a Génova para evitar conflictos internos en su formación, precisamente porque esta es una de las quejas que llega en ocasiones desde su propio partido. En esta ocasión lo ha intentado también que no tiene «nada que decidir en este aspecto», en relación a una hipotética moción de censura que se decidiría en Génova.
Pero sus palabras resuenan porque no es la primera vez que apunta que el PP no puede ir de la mano de Junts y los independentistas por mucho que los números le den. El verano posterior a las elecciones autonómicas y generales, ella con una mayoría absoluta y con Alberto Núñez Feijóo buscando una investidura sin los votos suficientes, Ayuso fue, junto al dirigente del PP de Cataluña, la primera en marcar como línea roja cualquier negociación con el partido de Puigdemont. Tras los vaivenes de la dirección general, que no aclaraba entonces si estaba o no negociando con Junts una posible investidura en favor de Feijóo, Ayuso alzó la voz y aseguró que no se debía hacer nada que diera pie a seguir «pagando la fiesta independentista».
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