Aviso 3 | Hoy dia

Cáceres y toda su área de salud están en alerta de coronavirus 3 desde este viernes y no parece que, aparte de los hoteleros y otros empresarios que se ganan la vida sirviendo al público y ven que su reanudación vuelve a ralentizarse, a nadie le importa tampoco. Es la sensación que se percibe. De hecho, preguntar muestra que la mayoría de nosotros ni siquiera tenemos claro cuáles son las nuevas restricciones. Sabemos que la capacidad cambia un poco y poco más. La movilidad continúa como antes, con personas que no asimilan las medidas hasta que entran a un bar o restaurante y les dicen que solo cuatro pueden sentarse en una mesa. Algo más molesto es descubrir, como sucedió en Rincón de Ballesteros, que las fiestas patronales están suspendidas o son muy limitadas por el nuevo nivel de alerta, pero en general, siempre y cuando podamos seguir moviéndonos donde queramos en cualquier momento, parece que la cosa no va mucho por ahí. Pues bien, quienes hayan organizado una boda u otra celebración con invitados para estos días también tendrán que introducir algunos cambios.

Esa sensación de que poco o nada cambia realmente es peligrosa, porque nos deja con la guardia baja cuando no debería ser. Las restricciones se endurecen una vez que se han superado una serie de parámetros, no por capricho, sino porque se ha demostrado que cuando se hace a los pocos días, primero bajan las infecciones diarias, luego la incidencia acumulada y finalmente las hospitalizaciones y muertes. Puede dar la impresión de que bajan de todos modos porque las alarmas se declaran a la altura de los gráficos, pero como los profanos en el campo no tenemos ni el conocimiento ni los medios para conocerlo, parece razonable dejarlo en manos de epidemiólogos y lo que la evidencia científica está obteniendo a medida que avanza la investigación. Se trata de tomar la mejor decisión posible con la información – no las suposiciones – disponible en todo momento, y eso es lo que todo político con una mínima vocación de servicio público debería apegarse a estos tiempos.

Mientras tanto, no hay otra forma que insistir en la vacunación, el único medio, aparte del confinamiento, al que imagino que nadie quiere volver, que ha demostrado su eficacia contra la pandemia. Todavía hay infecciones, hospitalizaciones y algunas muertes, pero es algo que se sabía y se había advertido desde el principio, aunque algunos parecen descubrirlo ahora y aprovecharlo para atacar las vacunas y quienes las promueven. En países como Francia o Canadá, que no se caracterizan por el desprecio por las libertades, el pasaporte covid ya es o se empezará a exigir para acceder a muchos espacios públicos, lo que no estaría de más empezar a aplicar aquí una vez que todo el mundo tuviera la oportunidad. vacunarse.