Extremadura

Auge y caída de Joaquín Parra, el rey de Babilonia

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El Antiguo Testamento cuenta que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, era un fanfarrón y quiso construir un ídolo gigante que deslumbrase al reino. Le puso cabeza de oro, torso de plata y piernas de hierro, pero sus pies eran de barro. Una piedra rodó hacía la estatua y todo se desplomó. En el caso del Club Deportivo Badajoz la piedra pudo ser el gol del Amorebieta el 22 de mayo, la detención de su presidente en julio o el plantón de la afición, que ya ha dicho basta, pero está claro que Nabucodonosor es Joaquín Parra.

Como el rey de Babilonia, el empresario sevillano pasó dos años en Badajoz ilusionando a los aficionados. Pagó deudas antiguas, reformó el estadio, batió récords de abonados e hizo soñar a todo el mundo con declaraciones como que el CD Badajoz jugaría la Champions en un estadio diseñado por los arquitectos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Esa era la resplandeciente fachada. Pero en la trastienda las deudas se acumulaban y los problemas legales del propietario del 99% de las acciones.

En las dos últimas temporadas el CD Badajoz rozó el ascenso a Segunda, jugó los octavos de final de la Copa del Rey y tuvo 9.600 abonados cuando el récord anterior era de 5.600 y estando el club en Segunda. Pero los pies de barro eran los impagos a Hacienda, la Seguridad Social y los proveedores, que se iban acumulando.

Al final de la temporada pasada, mientras la afición soñaba con el fútbol profesional, los jugadores del CD Badajoz no cobraban y se acumulaban las denuncias ante la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). El club corría el riesgo de perder su actual categoría por este problema ¿Cómo se arregló? Nada más perder ante Amorebieta se abrió la campaña de abonos para 2021-2022 y se pidió a la afición que demostrase su apoyo. Lo hicieron y ese dinero tapó el agujero. El problema es que el equipo iba a comenzar una nueva temporada ya hipotecado, sin esos fondos.

Parra como rey Gaspar en la cabalgata de Badajoz. /

HOY

Ese contraste entre esplendor público y fragilidad tras el telón ha marcado la trayectoria de Joaquín Parra en Badajoz, que todo indica que está terminando. El empresario sevillano ha aceptado traspasar sus acciones al inversor Daniel Tafur. El acuerdo está pendiente de la autorización del juez que lleva su caso por blanqueo y también debe superar otros trámites burocráticos. Si todo va bien, la era Parra terminará para el CD Badajoz.

Auge y caída

El auge y caída del rey de Babilonia se han fraguado en dos años y medio. Joaquín Parra llegó al CD Badajoz tirando de la cartera. En la temporada 2018-2019 el preconcurso de acreedores planeaba sobre el club por impagos y el empresario sevillano llegó al rescate. De hecho, en unas pocas semanas se ganó el sobrenombre de Joaquín Perras en la ciudad. Además del mote, la historia de Parra enseguida caló entre los aficionados. Nacido en Dos Hermanas, este empresario se definía como «hecho a sí mismo». Es cierto. Comenzó gestionando una ferretería de su suegro, pero su ambición le llevó enseguida a abrir otro negocio. Pronto saltó a la hostelería. Tuvo discotecas en Sevilla y acabó en el sector al que llegan la mayoría de los inversores, el inmobiliario. Como otros empresarios, se pasó a las gasolineras ‘low cost’ cuando se liberalizó el mercado. También se dedicó a vender coches de lujo, especialmente a futbolistas.

Solo unas semanas antes del desembarco en Badajoz, Parra fue detenido en la macrooperación Drake contra el fraude de IVA en las gasolineras low cost. Tres meses después se celebraba en la capital pacense una asamblea en la que entró el grupo inversor Feverstone S.A., es decir, Joaquín Parra. El hasta entonces presidente, Pablo Blázquez, dimitió y el club quedó en manos de una gestora hasta ser SAD (Sociedad Anónima Deportiva). El empresario sevillano logró este trámite adquiriendo el 99,24% de las acciones.

A pesar de la operación Drake, Parra continuó en el negocio de las gasolineras low cost. De hecho, su llegada al CD Badajoz coincidió con su desembarco empresarial en Extremadura, donde abrió tres de las seis gasolineras Derby que puso en marcha en esa época. También instaló la sede de Extrem Petrol, una empresa dedicada a la compraventa de combustibles, en la plaza de España de Badajoz.

En cuanto al club, las esperadas obras llegaron al estadio Nuevo Vivero, que se renovó por completo. Hasta abril de 2021 el capital social del CD Badajoz era de 1,4 millones de euros. La junta de accionistas lo amplió en 3 millones más mediante la emisión de 28.224 acciones en favor de Ferverstone, la sociedad de Parra. Estos títulos se emitieron por compensación de deuda, es decir, la inversión que el empresario realizó para las obras del estadio Nuevo Vivero pasa a convertirse en acciones.

La Agencia Tributaria cree que los tres millones de euros de Joaquín Parra fueron invertidos en las obras proceden de los 13 que se defraudaron a la Hacienda pública. Así se recoge en las conclusiones de la Operación Bensinium (combustible en latín), que es como la Guardia Civil ha apodado a la investigación que culminó en la detención de Parra, que lleva seis meses en Alhaurín de la Torre.

Más allá del origen del dinero, las cuentas no están saneadas para el equipo pacense. Parra no pagaba. El club ha ido acumulando una importante deuda con Hacienda y la Seguridad Social, pero también con empresas como Royald Verd, Cota Cero, Vilaplana o Machaco Catering.

Pero durante todo este tiempo, nadie ha alzado la voz contra el que era presidente del CD Badajoz. No era fácil porque estaba protegido por su enorme popularidad.

El éxito de Parra no solo se basó en rescatar un club que languidecía. Fue por el estilo y su carácter. Puro carisma.

La era anterior a Parra había sido muy dura. Tras su desaparición y refundación en 2012, los aficionados seguían fieles a su Badajoz, pero pasaron muchas estrecheces. Cuando volvieron a jugar en el Nuevo Vivero, entraban en un estadio en el que la vegetación crecía entre los asientos, había humedades y en el entorno, cubierto de pintadas, pisaban basura, condones y restos de botellón para entrar a ver un partido. Esa deplorable imagen cambió por un estadio con los colores del club, con buen césped y vinilos decorativos por todas partes.

El encanto de Parra, además, no fue solo a base de obras e imagen, sino con mensajes grandilocuentes y gestos de esplendor. Hablaba de «no fallar jamás a los aficionados» o de que «no venía a hacer negocio». El Ayuntamiento le invitó a ser el rey Gaspar en la cabalgata de Navidad y se dedicó a lanzar desde su carroza bolas con premios como tabletas o patinetes eléctricos. No fue el único reconocimiento que recibió Parra antes de caer. Los políticos lo alabaron, fue nombrado padrino de una promoción de la Universidad de Extremadura, imitado por una murga e incluso hubo quien pidió, insistentemente, que le concediesen la Medalla de Extremadura.

Su popularidad también le ayudó a la hora de exigir apoyos institucionales. Desde que convirtió al CD Badajoz en una sociedad comenzó a presionar para que el Ayuntamiento de Badajoz le cediese el Nuevo Vivero. La sospecha es que quería realizar algún tipo de operación inmobiliaria en el entorno, pero el empresario siempre lo negó.

Daniel Tafur, el empresario y jugador de póker que veraneaba en Almendral

Parra llegó a amenazar con construir un estadio con su propio dinero y llevarse al club fuera de la ciudad que le da nombre. Su estrategia funcionó a medias. El pleno municipal aprobó la cesión del estadio por 75 años, pero el convenio nunca llegó a cristalizarse.

Vida de lujo

El sevillano también impresionaba por su nivel de vida. Vivía en un hotel de cinco estrellas cuando estaba en Badajoz, comía en los mejores restaurantes y llegaba en cochazos al estadio. La Guardia Civil intervino en la operación de Parra 30 vehículos de lujo, dos yates y 36 viviendas.

En medio de ese enamoramiento entre presidente y afición, las sombras asomaban, pero costaba desconfiar. El 27 de julio de 2021 la Guardia Civil, con una orden de un juez de Málaga, registró las oficinas del CD Badajoz y las empresas de Parra. Sus gasolineras quedaron precintadas. Él fue detenido en Dos Hermanas y se decretó su ingreso en prisión.

En total en la Operación Benzinium fueron detenidas 17 personas y hubo registros en Málaga, Sevilla, Madrid y Cádiz además de Badajoz. Serán procesados por defraudar a Hacienda y blanqueo de capitales. La Guardia Civil considera que dejaron de pagar 13 millones de euros en impuestos sobre una compraventa de gasoil de 63 millones. Los responsables de la investigación aseguraron que, con esta operación, se había desarticulado una organización criminal dedicada al fraude masivo.

A pesar de la gravedad de los cargos y de su ingreso en prisión, no se rompió el idilio de los aficionados con ‘Tito Parra’, su apodo cariñoso. Una parte de la masa social del equipo seguía apoyando al empresario. Muchos pedían un voto de confianza y algunos incluso justificaban que «todo el mundo defrauda a Hacienda». Los más atrevidos llegaron a decir que debía seguir a pesar de los delitos porque invirtió dinero en el club.

Desde entonces han pasado seis meses, el Club Deportivo Badajoz se ha ido deteriorando día a día y, con él, el mito de Parra.

Peñas del Badajoz pidiendo, hace unos días, que la familia Parra vendiese el club. /

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Los problemas no son nuevos, pero han pasado meses hasta que se han hecho públicos los agujeros del club. Ha sido porque la situación es insostenible, según han denunciado los deportistas y han admitido los responsables del equipo que confirmaron que el CD Badajoz está al borde de la quiebra.

Sin jabón y sin vendas

El capitán del primer equipo, Miguel Núñez, leyó un comunicado en nombre de sus compañeros con detalles vergonzosos. Contó que los trabajadores encargados de lavar la ropa no tienen jabón y aprovechan el que dejan los árbitros en los vestuarios después de los partidos. También confesaron que sus médicos no tienen material, por ejemplo, vendas y que hay futbolistas que no pueden hacer frente al alquiler de su vivienda.

El esplendoroso Nuevo Vivero tampoco luce ya. Hace unos dos meses que el césped no recibe mantenimiento. Los futbolistas han denunciado que está en muy malas condiciones y que el estadio se va deteriorando día a día. Ni siquiera cuentan con operarios de limpieza.

El concejal delegado de Limpieza en el Ayuntamiento de Badajoz, Alejandro Vélez, ha ofrecido los servicios municipales para entrar en el estadio y realizar esta labor. Su propuesta es polémica, ya que el mantenimiento del Nuevo Vivero depende del CD Badajoz, que tiene cedido el estadio. El Consistorio pacense tendría que desviar o costear servicios públicos para atender estas instalaciones.

Junto con jugadores, trabajadores y aficionados, hay doce empleados de las tres gasolineras Derby en Extremadura que se han visto afectados por el paso de Parra en la región, ya que los negocios se mantienen cerrados.

Ayuntamiento y Junta

El empresario sevillano también ha hecho enrojecer a algunos políticos, ya que muchos lo apoyaron. Juancho Pérez, concejal de Deportes del Badajoz, admite que ha sido duro. «Tengo el sentimiento que creo que tienen muchos pacenses, que fue espectacularmente bonito hasta que dejó de funcionar. Espero que el equipo se convierta en una institución para no estar a merced de estos maremotos».

Por su parte, la Junta de Extremadura indica que «no va a entrar en valoraciones de la trayectoria de Joaquín Parra al estar inmerso en un proceso judicial». «El Gobierno regional muestra todo su apoyo al CD Badajoz y espera que pueda solucionar su situación económica», añaden.

¿Qué hubiese ocurrido si el CD Badajoz estuviese en Segunda?

La suerte de Joaquín Parra estaba echada. El 27 de julio pasado la Guardia Civil iba a detenerle sí o sí tras una larga investigación en sus gasolineras ‘low cost’. Y con su presidente dentro o fuera de prisión, el Club Deportivo Badajoz tenía problemas porque los impagos venían de lejos. Sin embargo, si el equipo hubiese ascendido a Segunda, su situación sería muy distinta.

El 22 de mayo el Amorebieta dio la sorpresa y le quitó a los pacenses un ascenso que rozaban con los dedos, ya que eran favoritos frente a este humilde equipo vasco. El CD Badajoz tenía 3,6 millones de euros de presupuesto y el Amorebieta no llegaba a los 700.000. Sin embargo, en ese caso David pudo con Goliat y el sueño voló. Los vascos no solo se llevaron el ascenso, sino la salvación. Si el club pacense hubiese subido, los ingresos por derechos de imagen y publicidad cubrirían sus agujeros y, muy probablemente, hubiese logrado un comprador rápidamente.

De hecho, el Amorebieta tenía deudas cuando logró el pase, pero consiguió cubrirlas y cerrar un presupuesto de 7 millones para Segunda.


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