Alrededor en bicicleta

El anuncio por parte del ayuntamiento de una nueva ordenanza de movilidad para restringir el uso de bicicletas en el centro histórico ha suscitado una polémica generalizada entre la norma que tiene en cuenta el uso peatonal del centro histórico y las aceras de la ciudad y quienes lo defienden, confían decididamente en esta. tipo de vehículo y promover su uso en todos los puntos. La ciudad fue escenario de una protesta el pasado fin de semana, impulsada por los críticos del decreto y que contó con el apoyo expreso del Partido Popular, cuyo presidente local Borja Verea, además de un encuentro anterior con los organizadores, también participó en la marcha que terminó en Obradoiro.

Tras celebrarlo, también anunció que su partido había elaborado un plan «para crear 8 rutas de carruajes de bicicletas por un total de 47 km, conectando puntos estratégicos de la ciudad», ampliando los escasos existentes Deben limitarse a un tramo en Fontiñas y otro en la recién reformada Clara Campoamor.

En particular, afirmó que «la ruta principal conectaría los campus norte y sur con la Cidade da Cultura», lo que significaría que ambas áreas universitarias estarían conectadas por el Parque da Música, Santa Isabel, Galeras y la Alameda. La ruta a la Cidade da Cultura, a su vez, pasaba por San Caetano, la antigua estación de autobuses, Zona Central y Polivalente de Sar para llegar al Monte Gaiás, y luego regresaba por el Parque Eugenio Granell y el contorno de la nueva estación de tren intermodal.

Estos recorridos se completarían con otros en dirección al Polígono Industrial de Tambre o al Hospital Clínico, y se completarían con recorridos en dirección a los municipios colindantes por los caminos forestales.

Otro tema completamente diferente es el casco antiguo, donde el propio Borja Verea admitió que hay puntos, como el caso concreto de la Rúa da Caledeireiría, donde «una bicicleta no puede pasar» por su estrechez, pero donde es posible «El objetivo debe sea ​​que «esta nueva cultura ciclista puede afrontarse con un éxito equilibrado, en el que los usuarios de los vehículos sean respetados por su finalidad y, sobre todo, se garantice la seguridad de dos vecinos, independientemente de que utilicen o no bicicleta», cerrajero.

Y es que el camino entre sinuoso y en pendiente plantea una serie de problemas que el grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España ya ha analizado en profundidad y elaborado un libro blanco sobre movilidad, y en casos como el de la ciudad de Ávila, entre problema mencionado anteriormente y las bajas temperaturas Las temperaturas llevaron directamente al ayuntamiento a concluir que el uso de bicicletas en la zona monumental «no se puede considerar». Además, señalan que «el uso difícil de la bicicleta no se reserva solo para Ávila, como también destaca el Libro Blanco en el caso de Santiago de Compostela», con muchas zonas del casco histórico donde el ancho de la calle sí no exceda los tres metros. Además, una ciudad en la que, como subraya el libro, “el ayuntamiento ha hecho nacer la llamada jerarquía de la movilidad en la que, como no podía ser de otra manera, los peatones están en lo más alto”.

En otros países, como Salamanca, «han apostado por la convivencia de peatones y ciclistas y han recomendado que se bajen de la bicicleta cuando hay un gran número de peatones, lo cual está señalizado». En Toledo, ubicado en una colina con 100 metros de baches y calles empedradas, se eligió para la construcción de ciclovías en la nueva ciudad al pie. También en algunos puntos, como la ciudad de Jaca, donde los peregrinos llegan a Compostela en bicicleta, decidió marcar su zona monumental para evitar conflictos con los peatones, que también son muy numerosos. Así como la convivencia entre ciclistas y vehículos de motor es contradictoria, tampoco es fácil entre ciclistas y peatones.