Todos los colectivos de los ciclos formativos de la rama de gestión administrativa participan en el programa
Lucía César parece una mujer de negocios dentro de unos años. Cursa segundo del ciclo formativo de gestión administrativa de Albarregas. Y con la idea de llegar a ser superior después. «Mis padres tienen cada uno su propio negocio y de niño ya dije que quería hacer algo similar». No ha cambiado sus planes. Tiene en mente su propia marca de ropa y vende online las colecciones que publica. Supongamos que luchará en un mercado feroz. Muy competitivo. Pero aspira a diferenciarse.
Lucía pasó la mayor parte de la mañana de ayer escuchando a los empresarios de la ciudad. El Instituto Albarregas fue uno de los primeros en abrir su aula de emprendimiento. Entrevistas, sesiones conjuntas y experiencias reales en un programa que ayuda a los alumnos matriculados en ciclos relacionados con la gestión administrativa a convertirse en emprendedores.
Aprenden cuestiones teóricas sobre impuestos, organización o financiación, pero también mucha práctica. Casos reales. Descubren cómo se encendieron los negocios locales que pueden servir como referencia. “Me hace mucho bien escucharlos porque, por ejemplo, yo no valoraba el trabajo en equipo. Concebí una empresa como un proyecto individual, pero descubrí que es mejor escuchar a los demás. Los que están abiertos a otros puntos de vista tienen más éxito”, explica Lucía.
Entre los que motivaron fuertemente a los jóvenes, Jaime Ruiz Peña, empresario vinculado al turismo y comunicador. La clave, dice Ruiz Peña, es la actitud. Y ayer habló a los jóvenes para que no se obsesionen con el dinero para prosperar. “No depende tanto de eso, sino de querer hacer las cosas”. Y puso ejemplos concretos de Mérida. Como Emerita Lvdica, por ejemplo. “Empezó con cuatro disfraces romanos y hoy es una oportunidad de negocio para muchos”.
O la iniciativa de acompañamiento a personas mayores que viven solas que se ha replicado con éxito en varias ciudades. La gente pequeña que hace cosas pequeñas cambia el mundo. Isabel Mulet es la profesora Albarregas que coordina el programa. Satisfecha con los diálogos entre estudiantes y empleadores porque percibe que en estas sesiones se rompen muchas barreras de ambos lados. Empatizan mucho mejor. Los chicos descubren que detrás de cada empresa en realidad hay alguien que está muy entusiasmado con algo y que le gusta tanto que lo convierte en su forma de vida.
El docente agradece a los empresarios de la ciudad como Andrés de la Villa que se ofrecen a conversar con los alumnos de manera tan amena y sincera.
El aula Albarregas integra los dieciséis grupos del centro vinculados a la formación profesional en las ramas administrativa y financiera.
Aquí se matriculan los estudiantes que luego aspiran a trabajar en administración de empresas, pero el centro quiere que lo aprovechen por si quieren crear el suyo propio. Por eso pasan los ocho grupos del turno de la mañana y los ocho del turno de la tarde. Los de grado intermedio suelen tener entre 16 y 19 años y los de grado superior entre 18 y 25 años. El profesor calcula que el programa cubre más de 300 en total. En la sesión de ayer por la mañana, los 150 asientos se llenaron tan pronto como se inauguró. Y lo mismo se hizo por la tarde. La docente advierte que no es fácil encontrar niños que tengan vocación emprendedora, pero la experiencia en el aula ayuda a que se lo planteen. Una alternativa que antes no tenían.
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