Más de 9.000 conductores en la región tienen más de 74 años
Es normal que un automóvil viaje considerablemente más lento que el promedio cuando sale de una ciudad y se forma una cola detrás de él. Cuando se supera, se observa que el conductor es una persona muy mayor. Quizás conduces más despacio por seguridad, pero también porque la última vez que pasaste el reconocimiento médico para renovar el carnet estabas impedido de superar los 70 km/h.
Lo anterior es solo una de las muchas limitaciones que los médicos imponen a los conductores mayores. También se les podrá exigir traer espejos retrovisores con aumento, no conducir más de una hora al día o no viajar más de 30 kilómetros de su residencia, por citar algunos ejemplos de medidas restrictivas firmadas por los equipos médicos de los centros de examen. .
Actualmente, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), 2021 finaliza con 9.209 extremeños mayores de 74 años en posesión del permiso de conducción tipo B en vigor, que les habilita para conducir automóviles. Si sumamos el tramo que va del 65 al 73, el número de conductores en Extremadura es de 32.588.
Son, pues, más de 42.000 extremeños que conducen mayores de 65 años. Si antes de esta edad hay que pasar un chequeo psicotécnico cada diez años, a partir de los 65 años cada cinco. Pero si hay determinadas patologías, la renovación se concede sólo por tres, dos o un año, según la decisión del médico. Que la prórroga concedida sea la máxima, la de cinco años, en muchos casos aplicada a septuagenarios, es lo que preocupa al Ministerio Público, que cree que la salud de una persona puede deteriorarse en mucho menos tiempo.
El médico también tiene el poder de poner fin a la carrera de conducción de una persona, lo que suele ser un momento dramático que no todos aceptan. “Si no pueden renovar alguno de ellos, no lo toman bien y hasta lo amenazan, no lo aceptan fácilmente, pero el criterio lo tiene bien definido la Dirección General de Tráfico, no hay lugar a interpretaciones”, agregó. . dice la doctora Yadira Ibarbia, que trabaja en el centro médico Remesal de Badajoz.
Un accidente reabre el debate
El debate sobre los ancianos al volante se reabrió tras el accidente de Valencia a finales de enero, cuando un hombre de 87 años se confundió y condujo varios kilómetros en sentido contrario por la autovía A-7 y provocó un accidente que acabó con cinco muertos y cinco heridos.
En España, las personas mayores de 65 años son responsables del 26% de los accidentes de tráfico, siendo la mayoría de ellos colisiones laterales, frontales y traseras, según datos de la Dirección General de Tráfico correspondientes a 2021. Continuando con las estadísticas de la DGT es necesario saber que en lo que va de 2022 a 31 de enero, a partir de los 65 años se han producido más muertes por accidentes en España (17).
Alicia Deocano es psicóloga en el Centro de Reconocimiento Remesal de Badajoz. Las pruebas a las que se someten quienes desean alargar su vida como piloto duran unos veinte minutos. Constan de una prueba de anticipación, otra de destreza, agudeza visual y audiometría, así como pruebas de fuerza si es necesario y una conversación para conocer patologías o fármacos que el paciente debe acompañar de un informe médico. Todo ello sirve para valorar conjuntamente si la persona es o no habilitada para seguir conduciendo o si debe hacerlo con restricciones cuyos códigos se añaden a la licencia. Las deficiencias en la vista y el oído son las que generan mayor rechazo, dice el Dr. Deocano.
“Es una cuestión de capacidad más que de edad porque ves gente de 65 años que no debe conducir y otra que tiene 80 y está bien. Sabemos que quitarle la capacidad de conducir les quita autonomía. ir despacio, pero tenemos que ser firmes porque hablamos de seguridad vial y ellos pueden ser peligrosos, lo que hay que hacer es empatizar cuando se lo expliques porque sabemos que empiezan a perder su libertad cuando ya no pueden conducir ”, explica Alicia Deocano.
Sin embargo, tal y como indican en este centro médico de Badajoz, menos del 10% de las personas mayores de 65 años ya no pueden conducir tras someterse a estas pruebas, y si elevamos la edad a más de 75 años, la tasa de negativas es inferior al 20%, “aunque a partir de esa edad las prórrogas se conceden por lo general sólo por un año”, explica la psicóloga.
Envejecer y ser independiente
El tema de los ancianos al volante es preocupante porque la tendencia es hacia una sociedad cada vez más envejecida. RACE publicó recientemente el informe 'Los conductores mayores y la seguridad vial', que comienza destacando que dentro de 30 años, el 36% de la población española tendrá más de 64 años, mientras que este grupo de edad representa actualmente el 17% de la población.
Entre otras cuestiones, describe con detalle las enfermedades asociadas a la vejez ya la conducción y no pasa por alto que “el 90% de la información que procesa un conductor la recibe a través de la vista”. Y señala como enfermedades asociadas la catarata, el glaucoma, las retinopatías o la degeneración macular, aunque existen otras patologías relacionadas con los procesos cognitivos o la psicomotricidad. Asimismo, se deben considerar los medicamentos, especialmente a partir de los 70 años.
La nota final del informe es una reflexión: “Envejecer y moverse de forma autónoma y segura representa uno de los grandes retos de nuestra sociedad, por lo que es necesaria la implicación tanto de las Administraciones Públicas como de la sociedad en general para asegurar la movilidad de las personas mayores que se adaptan a transporte público, infraestructura, servicios y vehículos a sus necesidades”.
"Cuando conduzco pongo mis límites"
Tiene 82 años y el pasado mes de septiembre le renovaron el permiso de conducir por dos años más. José Antonio Román Seco, de Mérida, maneja casi todos los días su Skoda Octavia, que cree que podría ser casi el vigésimo auto que lanza en su vida. Según explica, su último viaje reciente fue entre Mérida y Barcelona y suele ir a Madrid a visitar a sus hijos. “Siempre me ha gustado conducir y he viajado miles, tal vez millones de millas en mi vida laboral, pero siempre he tenido la responsabilidad de saber que el dispositivo que tengo en la mano puede matar, así que cuando conduzco me pongo límites. Soy consciente de mi edad ya la menor señal de cansancio al volante me detengo y descanso. Lo bonito de tener esta edad es que ya no tengo prisa".
Según este extremeño, en su grupo de amigos hay de todo, gente que por salud ya no puede conducir y otros que sí, como él, u otros que usan su coche solo para ir unos kilómetros más allá de Mérida, nunca demasiado.
“En mi caso, no voy nerviosa al examen médico para renovar mi licencia. Si en la próxima revisión me lo quitan porque no me consideran apto, me molestaría, pero no sería problema y no me lo tomo a mal”, dice este meridano.
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