Cenicienta roja

La bandera de Yolanda Díaz no son los confusos debates de género, sino la reforma laboral o el salario mínimo, que aseguran que la izquierda del laboratorio se haya trasladado a la agenda
20/11/2021 . Actualizado a las 5:00 a.m.
Una actualización política de la historia de Cenicienta tendría al protagonista, el lo llamamos Yolanda por excelencia. En lugar de la choza destartalada de la historia, un acrónimo de mendigo que solo ofreció resistencia en el baluarte de Ferrol, soportado por la heroica tradición del movimiento sindical. El PCG era solo una reliquia y United Esquerda, un disfraz para ocultar el malvado C. Cenicienta languidecía en este entorno y no tenía más futuro que cuidar la memoria de los laicos de la lucha obrera, como en todas las demás cofradías religiosas de la zona. De vez en cuando se les sacaba en procesiones, se seguían pasos normales, se cantaban oraciones y se esperaba el milagro de la resurrección que finalmente llegaría.
Beiras sale de la casa de la comunidad nacionalista y deambula afuera sin destino específico, en busca de un nuevo elixir que le permita resistir hasta encontrarse con la misma sonrisa que hoy es la pesadilla de Sánchez. Yolanda hace con el beirismo lo mismo que haría después con En Marea y Podemos: lo parasita. Primero se instala en la modestia, luego aprende los trucos de su nuevo hogar, luego los subordina a su estrategia y finalmente los destruye. En esta tarea utiliza el rigor que ha aprendido en su lugar de nacimiento, la capacidad de moverse en los dispositivos que le enseñaron sus antepasados en ese entonces. Nada que ver con la izquierda, una enfermedad infantil después de Lenin, que se pierde en el tumulto y acaba en nada.
Como una mantis religiosa devora Beiras, deja a un lado a Luís Villares y retira a Pablo Iglesias. En este punto la historia cambia porque los príncipes que aparecen en su vida son destronados por una Cenicienta que no quiere casarse con ninguno de ellos; quiere su corona. Como pensaron que los estaban usando, fueron usados por ella, que no puede asignarse a ninguna fiesta en particular. Otra cosa que aprende es que en este "lado izquierdo dividido por las iniciales de las iniciales" es mejor estar soltero y jugar el papel de nexo entre todas las partes.
La política de emigración de Galicia es celebrada por los miembros sindicales de las comisiones como presidente. No podrían haberlo hecho con Iglesias. Yolanda es una de las suyas. Su bandera no son los confusos debates de género, sino la reforma laboral o el salario mínimo, que aseguran que la izquierda del laboratorio se haya trasladado a la agenda. En su camerino, los hábitos del liberal fingiendo pobreza son reemplazados por ropa de clase trabajadora cuando va a una boda. Un inteligente Sánchez, tras consultar a Beiras y otras víctimas de la Red Scherezade, llamó a Pablo Iglesias y le suplicó que regresara y reanudara su inofensividad. Actuaciones. El GUS-Spiegel le dice que la más bella de la izquierda es Yolanda, que está escribiendo su propia historia. Que aún no está hecho.
La vida es una prueba
Desafortunadamente, Marisol se equivocó. La vida no es un sorteo, sino una serie de pruebas que a veces no tienen más remedio que repetirlas. Una contradicción, una entrevista, una oferta comercial, etc. regar para la serie final ... son exámenes que pueden o no aprobarse. ¿Coquetear? Otro examen que pondrá a prueba a ambos si pueden aprobar la asignatura. Ni siquiera el adiós definitivo nos exime de la prueba de afrontar el juicio final sin disculpas, una especie de revalidación o selectividad desde la que somos enviados a distintos destinos para ser empleados por toda la eternidad. En consecuencia, tabú de exámenes y repeticiones significa aislar a la escuela del mundo y dejar a los estudiantes desprotegidos. Formarlos, enseñarles que sin ellos no se puede conseguir nada no es una práctica propia de la España de Esparta o de Franco, sino una exigencia de la pedagogía más elemental. Perdonar la mala escuela significa condenarlo al fracaso en muchas áreas de la vida.
Ver poeta
Dado que la poesía es un arte sobrenatural al que el profano se acerca como adentrarse en un misterio, lo vemos alejado de toda prosa. El poeta es una mezcla de músico y alquimista que adornan las palabras con joyas y complementos que no tienen en el lenguaje común. En cada estrofa hay un maravilloso juego de prestidigitación verbal, cuyo dominio sólo puede lograrse lejos del mundo, o al menos así piensa el profano. Cualquier poeta tendría que ser un Lord Byron, dejando solo para tratar con las musas para perseguir preocupaciones románticas que riman con su vida. Y no es así. La literatura tiene una cara B donde Curros es empleado en Madrid; Podal, doctor; Valente, funcionario de la Unesco; Pessoa, oficinista; Echegaray, ministro de Hacienda; y Rosalía, ama de casa. Nuestro Darío Xohán Cabana fue quizás un vigilante de la ciudad cuando hizo sus exquisitas traducciones de Dante, quien además de escribir el Divina Comedia, se desempeñó como farmacéutico y conspirador político. Cruzarlo hará que el más allá sea más llevadero.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Cenicienta roja puedes visitar la categoría Galicia.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Otras noticias parecidas