Ayuso aborda la crisis del Hospital de Torrejón en su homenaje a la Constitución: “Cualquier mala práctica será erradicada por la fuerza”.

No se había pronunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la crisis en torno al Hospital de Torrejón desde que el miércoles pasado se conocieran los audios en que el CEO de Ribera Salud, el grupo que gestiona este centro hospitalario, instaba a directivos a priorizar procesos asistenciales rentables. Lo ha hecho finalmente hoy, en el acto de homenaje a la Constitución organizado por su gobierno en la Real Casa de Correos, para asegurar que "cualquier mala práctica será erradicada con contundencia".
En un discurso en el que ha dicho dirigirse especialmente "a los hijos de la Transición", la presidenta madrileña ha recalcado que hablar de las libertades recogidas en la carta magna es hablar de "responsablidad, de derechos y obligaciones”. Y en este sentido, ha señalado, “es obligación de todos cuidar unos servicios públicos de la máxima calidad y el gasto público, pues”, ha continuado, "recaudar es fácil, lo difícil es gestionar".
Entre esos servicios, ha destacado la sanidad. Tras reivindicar la madrileña como “una de las mejores del mundo”, en la que todos los ciudadanos son atendidos “sin una Visa por delante”, ha entrado directamente en el asunto. “Quiero dejar claro que cualquier mala práctica será erradicada con contundencia”, ha señalado. “Con la información necesaria en la mano, sin contemplaciones, pero con responsabilidad y coherencia, actuaremos ahora y siempre en defensa de nuestro sistema sanitario y sus protagonistas: los madrileños”.
Asimismo, ha reclamado “la máxima confianza” para los “grandes profesionales del Hospital de Torrejón”. “Ni ellos ni ningún paciente serán tratados de una u otra manera por ningún motivo, ni por negocios ni por otros intereses”, ha enfatizado. “Esto es algo de lo que siempre nos hemos ocupado y no dudaremos, llegado el caso, en actuar con esa contundencia, desde la Comunidad”, ha remachado.
Durante su alocución, Ayuso ha insistido, por otra parte, en las acusaciones veladas a quienes están en romper la nación, “un grupo minoritario de resentidos”, ha dicho, que cultivan “pasiones de invernadero” para que esos hijos de la Transición “que no han vivido la España de bandos” sientan “una necesidad identitaria y de combate contra el otro”.
“Lo que nos enferma es alimentar lo que nos odia y nos empequeñece. Algo que desde hace tiempo se hace desde dentro de España y en colaboración con quien la detesta desde fuera, ante los ojos del mundo lo que nos aísla”, ha añadido.
Además de a la sanidad, Ayuso se ha referido a otros desafíos como la vivienda, la defensa de la vida “desde el primer minuto hasta el último suspiro” o la libertad para que las trabas burocráticas y fiscales "no sean un arma política confiscatoria", aspectos en los que ha chocado abiertamente en los últimos meses con el Ejecutivo central. Y ha incidido en el mensaje que a menudo abona de un Madrid cosmopolita, una región "salerosa", ha dicho hoy, "en la que no hay maquetos, ni charnegos, ni panchitos".
Pero ha sido, sobre todo, esa llamada a la unidad en torno a la Constitución lo que ha tratado de resaltar en un discurso de carácter más institucional que intervenciones previas. "No permitamos que el interés particular eche por tierra todo lo logrado en estos 47 años", ha señalado. "Que la llamada dictadura de las minorías desbarate nuestro futuro en común. No se puede mirar para otro lado, huir de los problemas ni dejarlos para que los solucionen otros".
"No tiene sentido que seamos nosotros mismos quienes por comodidad, desconocimiento o egoísmo, nos transformemos en lo que no somos al pequeño gusto de un grupo minoritario de resentidos que jamás se van a contentar", ha aseverado en otro momento de sus palabras. "Es faltar a la verdad y son ganas de perderse".
En presencia de varios de sus consejeros, los expresidentes de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina y Esperanza Aguirre, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y los portavoces regionales de PP, Carlos Díaz-Pache, Más Madrid, Manuela Bergerot, PSOE, Mar Espinar, y Vox, Íñigo Hénriquez de Luna, Ayuso ha tenido palabras de reconocimiento también para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Ejército, maestros y profesores y médicos, bomberos. Asimismo, se ha preguntado cuándo se ha empezado a sospechar de "escritores, periodistas, artistas, jueces o fiscales" por el hecho "de ser de un bando". "Lo fácil es derruir, lo difícil es construir", ha apuntado antes de reclamar "cuidar con decoro las instituciones, los poderes del Estado" y la "no instrumentalización de los funcionarios".
Antes que ella han subido al atril el 'influencer' Tomás Páramo y la periodista Mariló Montero. El primero, nacido en 1996, ha proclamado su amor a España, a su bandera y "a cada uno de sus rincones", un país, ha dicho, "que transforma su pasado en memoria" y que entiende "que su poder está en lo que compartimos, no en lo que nos separa". Y con una Constitución "que no impone, une, que no enfrenta, que no divide y que garantiza que todos tengamos un lugar".
Montero, por su parte, ha hecho una encendida defensa de la libertad de información consagrada en la Constitución, y amenazada estos días, ha dicho, por la "posverdad y la sustitución del periodista por el activista". "Comunicar", ha reivindicado, "no es hacer periodismo. Difundir no es informar y un móvil no convierte a nadie en periodista, aunque tenga la sensación de que puede ganar el Pulitzer"
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