"Illa es lo opuesto a Ayuso"
Todo el PSOE quiere tener cerca a Salvador Illa. En un momento en el que el partido anda escaso de referentes, y menos aún de tipo autonómico tras la debacle electoral sufrida en mayo de 2023, el president de la Generalitat y líder del PSC se ha convertido en la gran estrella invitada de los distintos congresos que celebran estos días las federaciones socialistas. El viernes pasado participó en el cónclave del PSOE de Canarias. Hoy estará en Valencia en el del PSPV. Y mañana hará lo mismo en Leganés, durante el congreso de los socialistas madrileños del que saldrá Óscar López, ministro de Transformación Digital, como nuevo secretario general de unos de los territorios socialistas más convulsos y huérfanos de poder.
¿Por qué tanto Illa? El exministro de Sanidad acabó hace medio año con la larga década del ‘procés’, mostrando así que la arriesgada apuesta territorial de Pedro Sánchez (indultos, reformas penales, mesa de diálogo con la Generalitat y amnistía) estaba surtiendo efecto. Lejos de alimentar al independentismo, lo desinflaba. Pero en el caso de Madrid, un territorio que el PSOE no gobierna desde 30 años, hay también otro motivo: el contraste con la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
Gran parte de la estrategia de López se basa en subrayar las enormes diferencias con su rival, así que el president de la Generalitat, un dirigente reposado y con aversión al histrionismo, encaja aquí como un guante. Fuentes próximas a López ofrecen tres argumentos para explicar por qué el ministro quiere acompañarse de Illa en su puesta de largo como líder de los socialistas madrileños.
Uno: “Él representa lo mejor de la política y el contraejemplo perfecto de Ayuso. Su antítesis. Illa es la gestión, el talante. Lo contrario a las propuestas siempre hiperventiladas de la presidenta”. Dos: “La convivencia en Catalunya se ha recuperado tras la llegada de Illa al Govern, pero ahora la polarización, el enfrentamiento y el insulto se han trasladado a Madrid”. Y tres: “Madrid y Catalunya deben caminar juntos porque son los dos motores de España. Tienen que colaborar más”.
Desde el entorno de Illa devuelven los elogios. “Siempre con Pedro. El president está muy agradecido al PSOE y, en especial, a Sánchez por todo lo que ha hecho por Catalunya. Va como muestra de agradecimiento y afecto y para seguir defendiendo el proyecto que lidera Sánchez dónde y cuándo haga falta”, señalan los colaboradores del líder del PSC.
Dos tonos distintos
Aun así, pese a la sintonía entre Illa y López, los estilos políticos de ambos dirigentes son muy diferentes. El primero ha construido su carrera en la primera línea política (como ministro durante el estallido de la pandemia del covid, como líder del PSC y ahora como president) tratando de huir de la confrontación. Illa no suele sorprender. Tampoco dar titulares.
López, en cambio, va al choque con Ayuso. No duda en vincular al jefe de gabinete de la presidente madrileña, Miguel Ángel Rodríguez, con el consumo excesivo de alcohol. Cuando Rodríguez publicó el pasado octubre un tuit sobre el arresto de Víctor de Aldama, presunto cabecilla de la ‘trama Koldo’, y lo vinculó con la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, el ministro de Transformación Digital contestó: “Demasiado estiércol ‘on the rocks’, MAR. Te confundes de familiares, de socios y de financiadores. Los tienes mucho más cerca”.
Un ejemplo más reciente: Ayuso comparó hace 15 días con el ‘escándalo Watergate’ la investigación al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por presunta revelación de secretos en el caso que afecta a la pareja de la presidenta madrileña por dos delitos fiscales. “No diría que es un ‘Watergate’. Es un ‘Whiskygate”, ironizó López. Palabras de este tipo no se le conocen a Illa. Al menos, en público.
Estas declaraciones muestran que los argumentos uno y dos son difíciles de cumplir en Madrid con los mimbres y protagonistas actuales. Por un lado, se busca el sosiego de Illa frente a Ayuso. Por otro, al dimitido Juan Lobato se le reprochaba su falta de diente político. Aunque en su destitución pesaron otros motivos.
Mientras López se expresaba así estos últimos días, su todavía portavoz en la Asamblea de Madrid, Jesús Celada, sorprendía esta mismo martes pidiendo a la presidenta madrileña que rebajara el tono en el parlamento autonómico. Esta ha sido prácticamente su petición principal en la ronda de contactos que esta semana Ayuso ha mantenido con los portavoces de la Asamblea. Lo circunscribió, en cualquier caso, al hemiciclo, dando a entender que fuera había barra libre.
El PSOE responsabiliza a la dirigente madrileña de la polarización y los insultos dentro y fuera de la cámara, pero elude toda responsabilidad en la creciente crispación dentro de la M30. Fuentes próximas a López argumentan que “no hay que confundir el tono con el fondo”, y que mientras Ayuso se dedica a dar voz a la “antipolítica”, el PSOE solo responde. Y en esto, dicen en su entorno, no van a aflojar. Piensan responder a cada provocación de la presidenta haciendo suyo el lema de MAR, “por cada golpe recibido, dos”. El nuevo líder socialista en Madrid tiene claro que con Ayuso no valen contemplaciones y en su equipo remarcan lo que viene: “El PSOE contesta”.
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