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«Es una prueba muy deseada». Así, Sakiara Rodríguez, de 22 años, definió el sentimiento que había esta mañana en Escuela Politécnica de Cáceres, donde cerca de medio millar de candidatos (488 exactamente) para ingresar al expediente Policía nacional Se enfrentan a unos exámenes que han sido aplazados por el covid. Esta joven de Badajoz apareció por segunda vez. Se trata de una prueba nacional que, además de la capital Cáceres, se realiza en otras quince ciudades españolas, para un total de 16.754 personas. Todos los oponentes de la región tuvieron que irse a Cáceres.
Los solicitantes, según informó la Policía Nacional en un comunicado de prensa, deberán realizar pruebas de conocimientos, ortografía, cuestionarios de información bibliográfica, pruebas de personalidad, psicotecnias y pruebas voluntarias de lenguaje. Como explicaron los aspirantes a agentes de policía, las pruebas que normalmente se habrían realizado durante varios días se habían agrupado en un solo día. Se convocará a los candidatos idóneos para realizar la entrevista personal y el reconocimiento médico.
Hacia las nueve menos cuarto de la mañana, comenzaron las llamadas telefónicas en el campus de Cáceres, con un importante despliegue de agentes para concertar y controlar la cita. A cada candidato se le asignó el aula en la que se suponía que debía realizar el examen, y se les llamó en orden y se les instó en todo momento a mantener una distancia segura.
Más allá de eso, y como es habitual en la prevención del coronavirus, nadie, excepto las personas que estaban a punto de hacerse la prueba, pudo optar por la sala donde se realizaron las pruebas. En el interior no era posible compartir material como bolígrafos, por lo que los oponentes tenían que traer todo lo que necesitaban con anticipación. Como la prueba se ha adivinado durante mucho tiempo, se pudo ver a muchos candidatos con bolsas de plástico transparente con una máscara de repuesto y un refrigerio.
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