La mudanza está en marcha. La cofradía de la Virgen de la Montaña ha decidido trasladar la tienda de souvenirs del patrón ubicada en santuario para trasladarlo a la zona del túnel, libre de barreras arquitectónicas.
Este movimiento, a su vez, nos permitirá afrontar uno de los retos que se ha propuesto Juan Carlos Fernandez Rincón, mayordomo de la hermandad, cuando asumió el cargo: crear un museo de mantos para que la vasta colección de la Virgen de la montaña se puede visitar de forma permanente. Siendo este el caso, el manto del patrón se exhibirá en el Santuario. No se pueden ver todos al mismo tiempo debido a la inmensidad de la colección y al espacio limitado disponible, pero se realizarán selecciones temporales.
Actualmente la Virgen de la Montaña cuenta con 155 mantos, según datos proporcionados por Julita Hierro, encargado junto con Pilar Murillo cambiar de empleador. Las últimas donaciones, dice, están pendientes de catalogación, ya que el coronavirus también ha alterado la actividad diaria en la hermandad de la Virgen de la montaña.
En el armario de la anfitriona hay antigüedades, también de colecciones de reinas, y otras más contemporáneas. Hay mantos confeccionados con hilos de oro y plata y otros confeccionados con tejidos más humildes. Detrás de cada una de estas piezas hay una historia. Para su confección se utilizaron mantones manila, colchas, vestidos de novia e incluso mantos de toreo. Los gestos de agradecimiento, promesas o recuerdos en memoria de un familiar fallecido apoyan las donaciones.
Cada primavera, con motivo de la estancia de la Virgen en la ciudad, se seleccionan ocho mantos para la novena, que cambian todos los días. Y entre la gente de Cáceres se ha establecido la costumbre de los juegos de adivinanzas, de camino a la Concatedral de Santa María, el color del pelaje todos los días.
Pero este año todo es diferente. No hubo procesión de descenso y la Virgen permanece en su Santuario en esta novena insólita, marcada por las restricciones impuestas por el coronavirus y por las medidas preventivas para evitar el contagio.
Estos días la protectora se queda en su camerino con el mismo manto. El seleccionado fue el número 4, uno de los más antiguos de la colección. Es una pieza de terciopelo marfil bordada en chenilla con sedas de colores. Fue un regalo de María Josefa Arce Y María Dolores Carvajal Arce.
El único cambio de manto durante esta novena, que comenzó el día 22 y finalizará el domingo, tendrá lugar a finales de esta semana. Un ‘beso’ diferente comenzará el viernes, donde los besos serán reemplazados por inclinaciones de cabeza. La cofradía sacará a la patrona de su camerino, la colocará en sus camillas procesionales y la exhibirá el 30 de abril y 1 de mayo en la nave principal del Santuario, que estará abierta ininterrumpidamente de 9:00 a 22:00 horas.
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