Han pasado algo más de diez años desde que se inició la reestructuración del sistema financiero español, siendo las cajas de ahorros los principales actores y el ajuste aún en curso. Los trabajadores de la extinta La Caja de Canarias fueron de los primeros en dar un paso en el baile después de unirse a Bankia, y todavía caminan. Lo mismo sucedió con las de Cajacanarias (la unidad de la provincia occidental), que se integraron primero en la Banca Cívica y luego en CaixaBank.
Ahora, tras la fusión con la OPA de CaixaBank en Bankia, uno y otro vuelven a afrontar el que probablemente sea el último proceso. La operación se cerró el pasado viernes con la inscripción de la nueva empresa en el registro mercantil. Ahora está en marcha todo el proceso de integración que pasará por la desaparición de Bankia como marca. Ambos funcionan ahora como una unidad. De hecho, los clientes pueden utilizar los cajeros automáticos de los demás de forma indiscriminada y sin comisiones, aunque la integración tecnológica aún no se ha realizado. Es poco probable que los clientes de Bankia noten un cambio hasta noviembre, cuando se integren las dos plataformas tecnológicas.
Fases de la fusión
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El cambio de marca comenzó esta semana. Bankia desaparece y es sustituido por CaixaBank en oficinas y sedes.
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Los clientes no notarán el cambio hasta noviembre, cuando se produzca la integración de la tecnología.
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Por ahora, el único cambio es que los clientes pueden utilizar los cajeros de Bankia y CaixaBank sin comisiones.
- Mano de obra
Las negociaciones para el ajuste comienzan el 6 de abril y se espera que las salidas se realicen después del verano.
La combinación de estas dos entidades en las islas eleva las oficinas del archipiélago de CaixaBank a 304 y la plantilla a 1.727. Un número elevado que obligará a una nueva adecuación de las oficinas, ya que hay duplicación de trabajo en muchas calles y zonas de las islas, y también del personal.
El próximo martes 6 de abril comenzarán las negociaciones entre la dirección de la empresa y los sindicatos para investigar las fórmulas de salida. La empresa apuesta por una adaptación que no sea traumática y cuyas salidas sean voluntarias. Sin embargo, actualmente no hay ninguna propuesta.
Según fuentes cercanas a ellos, los trabajadores de Bankia en Canarias están «tranquilos» de momento, siempre que sean voluntarios. Confían en que en esta ocasión no recaiga sobre ellos el peso del ajuste, como ha hecho en el pasado y tras la integración en Bankia.
No se espera que las salidas se realicen hasta después del verano. “Puede haber desviaciones frente a algunos centros, pero los ajustes en las oficinas no asumen que se llevarán a cabo hasta octubre o noviembre. Primero hay que esperar los números que se dan a nivel nacional para ver cómo descienden luego a los territorios. Y esperemos que el impacto en Canarias no sea mayor que el del estado, como ha sucedido antes, y que paguemos más de lo necesario ”, dijeron estas fuentes.
Esta semana ha comenzado con el cambio de marca en curso en todas las oficinas de España, donde Bankia se retira para crear CaixaBank. El lunes arrancó la sede de la calle Triana de la capital grancanaria con los carteles en la oficina y también se retiró el logo que estaba arriba en el edificio. El nuevo CaixaBank no se pudo colocar por un problema de licencia municipal, pero continuará en los próximos días. Este es el único cambio que los clientes notarán por ahora.
Como se mencionó anteriormente, los clientes de Bankia no notarán el cambio hasta la integración tecnológica de las dos plataformas. Para entonces, es posible que se haya producido la fusión comercial, lo que supondrá un cambio en la numeración de las cuentas corrientes y las libretas de ahorro. Los plazos de los préstamos e hipotecas formalizados por Bankia se mantendrán la semana pasada cuando la fusión se haga realidad, según los directivos de CaixaBank.
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