Cientos de personas se manifiestan en contra de esta decisión del Ayuntamiento, que vela por el cumplimiento de la ley de conmemoración democrática, al tratarse de un símbolo franquista
Castellón ha comenzado a retirar y trasladar la cruz del Parque de Ribalta, un antiguo monumento a los caídos, redesignado por el Ayuntamiento en 1979 como símbolo contra la violencia, que está siendo retirado de este espacio verde por la Ley de Conmemoración Democrática. Una decisión que ha causado malestar entre parte de los habitantes de la ciudad, al considerar que ya no tiene ningún significado franquista y forma parte del conjunto monumental de la ciudad. Por ello, un centenar de personas se han concentrado frente al parque para protestar contra esta decisión municipal.
Una decisión que ha causado malestar entre parte de los habitantes de la ciudad, al considerar que ya no tiene ningún significado franquista y forma parte del conjunto monumental de la ciudad. Por ello, un centenar de personas se han concentrado frente al parque para protestar contra esta decisión municipal, algunas de ellas han optado por rezar.
Durante esta protesta hubo momentos de tensión cuando un reducido grupo de personas increpó e insultó a los concejales de Compromís del Ayuntamiento de Castellón, que habían acudido para asistir al inicio de las obras del parque. La policía tuvo que mediar para evitar incidentes más graves e incluso el acceso de una mujer al lugar.
La concejala de Memoria Democrática Verònica Ruiz ha destacado que “es un día histórico para la ciudad y para la democracia, aunque cuatro personas corean consignas que atentan contra la democracia. Por fin se inician las obras que realmente sacarán de la vía pública el monumento a la glorificación del franquismo, tras varios trámites judiciales, entre ellos algunos pleitos y tres concursos, respetando así la ley de conmemoración democrática y la ley valenciana de conmemoración histórica».
Por su parte, el vocero de Abogados Cristianos, Norberto Domínguez, organización que apoyó la protesta, afirmó que “el gobierno de la ciudad está demostrando un odio anticristiano y sectario al perseguir durante siete años un símbolo religioso que no hace daño a nadie. »
La portavoz del PP en Castellón, Begoña Carrasco, también apuntó en esta dirección, catalogando esta decisión del PSPV y del equipo de gobierno de Comprom como «un espectáculo bochornoso que sólo pretende dividir a los castellonenses».
“La Cruz del Ribalta, rebautizada en 1979 en honor a todas las víctimas de la violencia. Actualmente no tiene más significado que el cristiano y se aprovecharán estas fechas para quitarlo”, añadió Carrasco. El líder de los castellonenses mostró el acuerdo del pleno retirando el significado franquista de este monumento y señaló sus dudas sobre el estado que la cruz permanecerá tras su retirada y posterior traslado, aunque se ha comprometido a estudiar su restauración en caso de gobierno.
Diputados del PP con el pacto de 1979. /
Cabe recordar que no era la primera vez que se realizaban trámites para retirar esta cruz, ya que en la primera licitación la empresa adjudicataria solicitó la postergación del inicio de las obras argumentando que se encontraba en curso una disputa judicial. Eventualmente, dadas las demoras, el equipo de gobierno de la ciudad decidió cancelar el contrato. En la segunda licitación, ninguna empresa parecía estar realizando la obra. Esta es la tercera licitación de un proceso que se remonta a 2018.
Tras la retirada de este monumento, se procederá a la restauración del jardín adaptándose al diseño y trazado anterior según los planos de 1926. El proyecto global tiene una duración de seis semanas y un presupuesto de 58.900 euros, IVA excluido. Se prevé que este miércoles continúe el retiro y traslado de la cruz del monumento, que se desarrollará a lo largo del día y consistirá en el previo entablillado y fijado de la estructura, cortando el fuste en la base, levantándolo y transportándolo hasta su colocación en el Lugar elegido por el Obispado de la Diócesis de Segorbe-Castellón al que se cedió la Cruz.
Los trabajos consisten en un movimiento de tierras, que incluirá la retirada del pavimento existente y su base a terreno natural para poder conectar el nuevo jardín con el suelo del jardín. A continuación, se realizan intervenciones en la zona de albañilería y riego, con la colocación del bordillo, adoquines, diversas aceras y bancas; y la implementación de los mecanismos necesarios para llevar a cabo el riego, con conexión al sector de riego existente.
Finalmente, se realizan labores hortícolas mediante las cuales se toman medidas en el suelo incorporando o estructurando suelos para plantar diferentes especies. Con esto en mente, los árboles, arbustos y la cobertura del suelo se plantan en función de su existencia pasada o histórica en el parque.
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