Lideró la candidatura de Sumar sin rivales y estampó su rostro en la papeleta tras romper con estrechos compinches políticos en los últimos años
10 de junio de 2023 . Actualizado a las 12:02 p.m.
En 1985, a Felipe González le llamó la atención el dicho que Deng Xiaoping, el entonces líder supremo chino, le compartió: Ya sea un gato blanco o un gato negro, lo importante es que atrape ratones. Yolanda Díaz era una adolescente que se mudó a Santiago en un año para graduarse de bachillerato e ingresar a la facultad de derecho. Allí conoció a Marta Lois, amiga, aliada política y actual presidenta de Sumar. Durante esos treinta años, la Secretaria del Trabajo se ha rodeado de una multitud de personas que la han ayudado a convertirla hoy en la política más respetada del país. Muchos se han quedado en el camino; Lo importante era llegar en ese momento para cazar ratones. “Quiero ser la primera mujer presidenta de España”, anunció hace dos meses en un pabellón de Madrid, donde confirmó que se estaba abordando su proyecto político más personal y ambicioso.
En primera fila, los rostros más reconocibles de la unidad Sumar anhela: Mónica García, Igo Errejn, Ada Colau, Alberto Garzón, Rita Maestre y Joan Rib. Todos los exmilitantes u orbitadores de Podemos en el pasado. Todas menos las Lilas -o todas en su contra- cuya dirección impidió que cualquier cargo, como el líder gallego Borja San Ramón, acudiera al acto sin compromiso con unas elecciones primarias que abrieron el margen electoral. . Y estaba el segundo al mando Antn Gómez-Reino, que sobrevivió -y sobrevivirá- a las fracturas que impulsaron a Díaz a lo más alto sin rival primus inter paresuna candidatura a la Moncloa.
EDAD
Ascenso y caída de Beiras. Debutó en política en las elecciones municipales de 1999, obteniendo 1.800 votos para Esquerda Unida en Ferrol. Trece años después, y tras formar un gobierno de coalición con el socialista Vicente Irisarri en 2007 que duró tan solo 18 meses, Yolanda Díaz vio en la ruptura del BNG en Amio el trampolín para dar el salto al terreno autonómico. El impulsor de esta separación, Xos Manuel Beiras, abandonó el grupo junto a los críticos que le siguieron en el actual Encontro Irmandio. Díaz propone un pacto entre nacionalistas y comunistas para crear la Syriza gallega, un proyecto de unificación griega opuesto a la troika europea. Los políticos ferrolanos compararon esta troika con la Xunta de Feijoo y fundaron Alternativa Galega de Esquerdas. Llegó a nueve diputados en el Parlamento frente a los siete diputados de un BNG que se tornaba estoico ante la pérdida de votos que comenzaba a sufrir desde hacía más de un lustro.
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gonzalo bareo
Pronto surgieron tensiones y con ellas escisiones y expulsiones dentro de la AGE. Carmen Iglesias protagonizó uno de ellos y acusó al vicepresidente segundo de despedirla. Unos años después, Beiras también fue muy duro con Díaz por esta experiencia: Fui la primera persona que me trajo.
marea
Villares y los alcaldes del cambio. A medida que se consumía la AGE, los propios partidarios del histórico líder nacionalista como Martio Noriega o Antón Sánchez, así como otros recién llegados como Xulio Ferreiro o Antón Gómez-Reino construyeron las mareas urbanas. Paralelamente, el joven madrileño Pablo Iglesias, contratado como consultor para la campaña de 2012, se inspiró en la experiencia gallega para fundar Podemos. El contacto con Yolanda Díaz se produjo hace mucho tiempo, cuando ambos coincidieron en la época de las juventudes comunistas -la ministra sigue siendo miembro del PCE-.
Iglesias aterrizó en A Corua en el inicio de la campaña electoral local de 2015, agarró el Palexco y sirvió a Ferreiro, que tomó la batuta del mando dos semanas después. Sostengo que Beiras no estaba en la foto tres años antes. S. Díaz, quien lanzó la propuesta de representó una inundación gallega y aseguró que moriría postes de botas coas para lograr la unidad. Noriega también fue elegido concejal en Santiago y Jorge Suárez, entonces socio de Esquerda Unida, en Ferrol. Es el único de los llamados alcaldes del cambio que conserva la función del ayuntamiento, aunque no recibió el apoyo de Díaz en la última campaña electoral.
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gonzalo bareo
En las elecciones parlamentarias de ese mismo año, la política gallega renunció a su escaño parlamentario y lideró la coalición En Marea en alianza con Podemos al Congreso. De los seis diputados alcanzados, solo sigue Gómez-Reino Alexandra Fernández está hoy con BNG.
Un nuevo ataque a la Xunta está en pleno apogeo. Esta vez con la marca En Marea y cuando Díaz se manifestó públicamente en contra de Beiras como su candidato. Se buscó un forastero para un mayor consenso, y el elegido fue el juez Luis Villares. También víctima de todo esto fue Breogn Riobo, el primer líder de Podemos Galicia, al que Iglesias expulsó por cuestionar a En Marea.
El resultado fue histórico, con 16 diputados resultó electo de segunda fuerza. Pero volvieron los viejos problemas y el grupo llegó al final de la legislatura fragmentado y agotado. Mientras tanto, en la elección de 2019, los “alcaldes del cambio” ya no estaban y tanto Ferreiro como Noriega abandonaron la política. Villares lo haría, junto a Antón Sánchez, un año después tras el revés electoral que les apartó del Parlamento gallego.
Madrid
Rompe con las iglesias. La buena relación con Pablo Iglesias, que le permitió ser nombrada ministra en 2019, empezó a resquebrajarse al poco tiempo. El punto de inflexión fue la elección de Díaz como su sucesor en Podemos, que trastornó la política ferrolana. La guerra abierta por el punto de la morada en Sumar terminó siendo irreconciliables.
En la configuración del nuevo partido también aparecen exdiputados que ya no lo son, como Mónica Oltra (Comproms) o la Ceut Fatima Hamed, que Sumar no integrará, pese a reunirse hace un año en un auditorio de Valencia sin que los dirigentes se posaran. por Podemos y entre los gritos del Presidente
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