Los periódicos de hace más de un siglo bautizaron este evento con el nombre de ‘Il delitto di Casar’; pero también podría llamarse ‘El crimen de los carboneros’, porque los asesinos se dedicaron a ese oficio, o tal vez como ‘El crimen de la 1 maldición’, porque ocurrió el día 1 del mes 1 de 1901.
El asesinato tuvo lugar en el municipio de Casar de Cáceres, que entonces contaba con 4.300 habitantes (unos 200 menos que en la actualidad). A las ocho y media de la noche del 1 de enero de 1901, el vecino Críspulo Andrada Gil vio algo extraño en la casa de uno de los ricos de la ciudad, el Patrón Santos Carretero, un hombre célibe de 54 años que se dedicaba a vender grano, y especialmente para prestar dinero con altos intereses.
Como dijo Críspulo en el juicio, «miré al ‘jocico’ por la puerta, que estaba entreabierta, y vi una lámpara volcada en el piso». Pensando que algo le había pasado al prestamista, fue a avisar al alcalde.
El alcalde, Juan Vivas, señaló en la audiencia oral que con Críspulo y otros vecinos ingresaron a la casa y encontraron al vecino muerto, enterrado por una montaña de trigo. El alcalde dijo que no había duda de que lo habían matado para robarle, «debió tener entre 6.000 y 7.000 duros, por practicar la usura y ser tacaño», dijo al juzgado.
Imagen de un búnker de carbón a principios del siglo pasado. /
La Guardia Civil empezó a buscar a los culpables y pronto los encontró: tres carboneros, que llegaron desde Puebla de Obando (Badajoz), para fabricar carbón en una finca de Casar de Cáceres; Pero en lugar de hacer el trabajo que se les encargó, decidieron ganar mucho dinero de una manera mucho más fácil sin preocuparse por quitarse la vida.
Dos de los tres asesinos eran hermanos: Lorenzo Jaén Moral, de 30 años, también conocido como ‘Juan’, y Luis Jaén Moral, de 25, que tenía el seudónimo de ‘Vicente’. El tercero fue su primo Felipe Flor Jaén, de 36 años.
Fueron detenidos en Puebla de Obando por agentes de la Guardia Civil apostados en La Roca de la Sierra (Badajoz). Los tres se casaron y sus esposas dieron parte del botín: 1.800 duros.
Una vez detenidos, pronto confesaron haber matado al usurero de Casar de Cáceres, pero intentaron deshacerse de la pena de muerte diciendo que estaban muy borrachos y que nunca querrían matarlo.
Dijeron que se dedicaban a la producción de carbón, al montaje de pozos de carbón, que todavía se utilizan hoy en ciudades como Zahínos (Badajoz). Los pozos de carbón son como pequeños volcanes de troncos, que están cubiertos con una capa de tierra. En la parte superior del horno hay una chimenea y se hacen ventilaciones para alimentar el fuego. La madera se convierte en carbón después de varios días de combustión en ausencia de oxígeno.
Los dos hermanos y su primo dijeron que tenían el trabajo de hacer carboneras en Casar de Cáceres, y los tres salieron de la ciudad con sus burros el 30 de diciembre de 1900 y pasaron la noche en el puerto de El Clavín. El 31 de diciembre pasaron por una fragua en la dehesa de Las Seguras, y por la tarde ya estaban en Casar de Cáceres, donde se alojaron en la Posada El Gallo, que quizás sea el origen del famoso restaurante El Gallo.
Según la versión de los carboneros, el 1 de enero había mucho ambiente en Casar de Cáceres y se dedicaban a beber en tabernas, y por la tarde se emborrachaban. Según Felipe, bebieron más de 6 litros de vino (unos tres litros). Cuentan que Lorenzo se quedó en la taberna mientras su hermano Luis y Felipe iban a comprar grano para sus burros. Fueron a visitar a Santos a su casa, y cuando fueron a buscar el trigo, Felipe decidió robarle. Sacó un martillo de la casa y según él lo golpeó una sola vez en la cabeza, dejándolo un poco aturdido, pero de pie, cuando salieron con algo de dinero que estaba en un baúl. Luego se encontraron con Lorenzo en la taberna y comieron unas salchichas fritas. Fueron a la posada, pagaron y se fueron a la una y media de la madrugada, temiendo ser descubiertos.
En contra de esta versión está la de que los tres ya habían preparado el asesinato del usurero, y por eso los dos hermanos se habían registrado con nombre falso en la posada, y el martillo había sido robado de la fragua de La Segura. El ataque no se produjo por la tarde, fue por la noche, por lo que habían utilizado una lámpara para encenderlo. Y sobre todo: no fue un golpe … ¡fueron cinco golpes! Y dos de ellos tan fuertes que le atravesaron el cráneo.
Diego Pedrera y la noticia criminal en la prensa de la época. /
Fueron juzgados dos veces por un tribunal con jurado en el Juzgado Territorial de Cáceres. En el primer juicio, en 1902, el jurado fue muy amable con los imputados y el fiscal logró que se repitiera el juicio en 1903. Aquí ya habían sido condenados a muerte con un palo. De este segundo juicio llama la atención que los periódicos dieran los nombres y apellidos de los 14 miembros del jurado, cuando ahora está prohibido. En una crónica del diario ‘La Concordia’, también sorprende la crítica del periodista a la dueña de la posada El Gallo, Justa de la Montaña, quien afirma: «Es una mujer viril que se declara con gran integridad y prosigue la lista. «Condenado a muerte, sí; pero el Viernes Santo de 1904 Alfonso XIII los perdonó y cumplió cadena perpetua. El cronista e investigador Diego Pedrera recuerda que en 1909 su hermano menor (Luis) se fugó de la cárcel de Santoña a los 33 años, y que a su hermano mayor (Lorenzo) se le concedió la libertad condicional en 1922, cuando tenía 51 años. De Felipe el investigador dice que no pudo saber qué le pasó.
Comments