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Vicente Mompó, la persona elegida por Génova el pasado verano para tomar las riendas del PP en la provincia de Valencia, está tomando una decisión en la que muchas voces populares ven directamente de la mano de la cúpula nacional, lo que es una advertencia a los marinos que querían juzgar. . En principio, quería que el alcalde de Ayora fuera destituido de inmediato, pero eventualmente y luego de su rechazo, accedió a mantener el cargo, pero solo hasta la convocatoria del congreso regional. En realidad, dejará de liderar el partido de facto ya que Mompó nombra a Reme Mazzolari como coordinadora general y a Avelino Mascarell como vicesecretario de Política Territorial. A partir de ahora, serán su gente de confianza.
Anaya dijo en la reunión que pediría lo mismo a sus opositores, es decir, la renuncia de Carlos Mazón a la presidencia alicantina si finalmente es candidato. Quedan por ver las consecuencias de una decisión que podría alejar aún más a una provincia como Valencia, que vive desde hace tiempo con el temor de un posible desembarco en Alicante y pérdida de influencia.
El despido de Anaya trae miedo al cuerpo de posibles personas testarudas, pero también puede, como reflejaron en la fiesta de anoche, servir de aliciente y fortalecer aún más los ánimos en aquellos sectores que, con lo que ven como orden y mando. Los Génova insatisfechos son típicos de las temporadas de ostras.
Lo que está claro es que la tensión va en aumento. Para el PP provincial, Anaya cometió el error de promocionarse cuando aún no se convoca un Congreso, y consideran que su labor en la provincia es incompatible con la campaña por la presidencia regional. «Tenemos que seguir trabajando sin distracciones», decía la nota oficial, en la que se señalaba que ya se había votado el aplazamiento del despido y la renovación de la cúpula.
La decisión fue como una jarra de agua fría. El propio alcalde de Ayora y su equipo desconocían los planes de Mompó cuando fueron llamados de urgencia por telemática.
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