La ministra Bueno defiende que haya reuniones semanales con los centros para acordar los nuevos criterios de asignación
La ministra de Universidades, Josefina Bueno, ha destacado este sábado que el objetivo de su departamento es finalizar, en marzo, dentro de dos meses, el nuevo plan de financiación de las universidades públicas, una mejora que lleva pendiente desde hace varias legislaturas y cuyo retraso ha se convierten también en tensiones económicas en los centros e incluso en tensiones laborales.
En los últimos días, la Universitat Politècnica de València (UPV) ha relacionado esta falta de concreción con la huelga indefinida de informáticos del día 30, en el sentido de que no se puede hacer sin conocer la previsión de los fondos disponibles para los próximos años. comprometido con mejorar la situación laboral y salarial del grupo, aunque reconoce que sus condiciones son más precarias que en otras instituciones académicas.
“Trabajamos con las universidades semanalmente y escuchamos todas las sugerencias. El diálogo está abierto y hay voluntad de todos para llegar pronto a este acuerdo”, explicó Bueno en declaraciones a las provincias.
«La propuesta del plan plurianual de financiación es conocida por los equipos económicos de las universidades, pero no se concretará porque se analizan los indicadores para que sea bien recibido por todos. Ningún Gobierno está tan comprometido con las universidades como el de Ximo Puig», defendió, antes de referirse a otras medidas que se han puesto en marcha con el Botánico, como el pago de las históricas deudas, cuyas anualidades fueron acordadas por el El PP y el 2022 estaban prácticamente cumplidos, el aumento de los fondos de investigación, el programa GenT para el regreso de científicos, la reducción de las tasas de matrícula o el aumento del presupuesto para becas autonómicas.
En cuanto a la mejora de los fondos transferidos por la Generalitat, que es el principal ingreso de las universidades públicas, el presidente Puig prometió que el modelo de financiación plurianual podría aplicarse en los presupuestos de 2023, que sin embargo están vigentes durante las negociaciones entre las cinco universidades y el ministerio sigue abierto, el mayor escollo son los criterios de distribución.
Sobre todo, el peso que la docencia (número de grados y alumnos) y los resultados de la investigación deben tener en la dotación final de cada centro. Pese a la complejidad, Bueno está convencido de que «se llegará a un consenso» y lo ve «encaminado» para poder sellarlo en marzo, dando a las universidades «estabilidad financiera».
La otra demanda que ya prevalece de las instituciones académicas tiene que ver con mejorar la remuneración de los trabajadores de la red pública, p. B. profesores asociados, problema derivado de la falta de convenio colectivo, que es la única región que no cuenta con esta herramienta de trabajo. Las negociaciones entre sindicatos, universidades y administración comenzaron en la pasada legislatura y cristalizaron en un preacuerdo presentado a pocos días de las elecciones de 2019.
Sin embargo, las objeciones del gobierno, que implican un aumento en la escala salarial de los empleados públicos, han impedido hasta el momento su aplicación. Puig ha prometido que se desbloqueará antes de finales de 2022, pero aún faltan detalles finales. El retraso acumulado ha llevado a los Profesores Asociados de la Comunidad a sumarse a la huelga indefinida convocada en toda España (en este caso contra LOSU), que comenzará el próximo 31 de este mes.
Bueno recordó que en los presupuestos de 2023 se han destinado 21 millones de euros para hacer frente a las pretensiones salariales de la plantilla, que incluye también a los auxiliares docentes, auxiliares médicos, staff y médicos de cuadro. Pero antes es importante «aclarar las condiciones del marco legal, ya que este es un tema muy complejo».
El pasado mes de octubre, el ministerio anunció que la vía sería modificar un decreto autonómico que permitiera utilizar una exención incluida en los presupuestos generales del Estado para incrementar la bolsa salarial. “Ya estamos en el proceso de hacer este cambio, en el que están trabajando la Dirección General de Universidades, la Dirección General de Presupuestos y los equipos jurídicos”, explicó la ministra.
Por último, ha defendido el incremento de 31 millones en los presupuestos para 2023 respecto al proyecto original, para disipar las dudas de algunas universidades en el sentido de que advierten de riesgos para la nómina. Por un lado, debido a los aumentos salariales de los empleados, en particular debido a las reglamentaciones estatales y regionales obligatorias, como p. B. recargos específicos por experiencia adquirida o relacionada con logros de investigación, y por otro lado debido al fuerte incremento en los costos de energía.
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