«Con los teatros cerrados, decidimos llevar nuestros bailes a lugares al aire libre para protegernos del coronavirus». Macarena Fajardo lleva años organizando actividades extraescolares. El año pasado estuvo presente en ocho centros públicos de Oviedo, pero el estallido de la pandemia mundial supuso, entre otras cosas, la retirada de gran parte de los programas que tanto los niños como sus padres ansiaban.
Fajardo decidió abrir su propio centro de arte. Allí vienen los niños con pocas habilidades a pintar, aprender cosas nuevas y practicar diferentes bailes. Hoy tienen tres grupos. Algunos bailan hip-hop, otros al K-pop, un género coreano de rápido crecimiento, y el resto toma una tercera ruta más tranquila como el ballet.
«Mucho»
En las últimas semanas han estado rodando varias escenas junto a edificios emblemáticos de la ciudad y planean mostrar a sus padres el resultado de su arduo trabajo en forma de fotografías al final del trimestre. “Apesta y es realmente genial”, dijo el pequeño Nicolás Valle luego de completar una de las producciones que se realizaron ayer bajo la dirección de la monitora Carla Úrculo junto al Palacio de Exposiciones y Congresos.
Los chicos y chicas del hip-hop fueron muy tranquilos después de varios meses de ensayos, mientras que los chicos y chicas del K-pop estaban animados y muy correctos, a pesar de haber acumulado unas pocas horas de entrenamiento. “Te portas muy bien y lo estás pasando genial”, explicó Úrculo tras pasar uno de los pasos que llamó la atención de varios peatones que se sorprendieron al encontrar tal derroche de arte y diversión en medio del viaje.
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